La Güipa/Se calentó la plaza

- Mayo 27, 2008

>¡Nos quitaron lo invicto!, se lamentó el gobernador Ney Manuel González al recibir la noticia del hallazgo en la colonia Los Sauces de Tepic de una hielera de unicel con una cabeza cercenada. El macabro suceso ocurrió el mismísimo día –viernes 16 de mayo- que en tierras nayaritas se encontraba por el rumbo de Nuevo Vallarta el cuestionado secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.

Pero demasiado lejos está el gobierno estatal de no ser vencido si los dedicados al negocio del narcotráfico hace tiempo sentaron sus reales en nuestra entidad, principalmente en Tepic, según testimonio de Jesús Blancornelas, quien fuera periodista avezado en el tema y que cerca estuvo de perder la vida durante atentado de mafiosos en su contra. Finalmente el potosino sucumbió al cáncer. De la presencia local del narco se han derivado acciones criminales que han culminado en ajuste de cuentas a abogados, comandantes de policía, empresarios y otros.

Se agregan casos recientes como el hombre que fue torturado, amarrado con alambre de púas, muerto a balazos y, por si fuera poco, incinerado el cadáver; otro más tirado en la brecha al Ahuacate, encobijado y con nueve heridas de arma blanca; en Ciudad del Valle fue asesinado un joven empresario, el exdirector de seguridad pública del ayuntamiento de Tecuala fue ultimado por sicarios al pasarle por encima, en varias ocasiones, las llantas de un vehículo; el administrador del tugurio “El Caballo Dorado” de la capital, asesinado y encobijado, así como el exagente de la Policía Estatal Investigadora conocido como “El Ojitos”. Todos los hechos relacionados con el narcotráfico, y lo que es peor, sin solución. Por lo que se ve, quedarán impunes.

La secretaria General de Gobierno, Cora Cecilia Pinedo Alonso, asegura que hay nayaritas involucrados en el narcotráfico. Y tan los hay que de los nueve sicarios detenidos cuando se enfrentaron a tiros a las fuerzas federales por la carretera a Cuernavaca, Morelos, para provocar la huida de Arturo Beltrán Leyva, quien por un pelito es detenido en ese operativo comandado por Édgar Millán Gómez que se había convertido en el azote de las mafias (dos días después lo asesinaron en su casa del D.F.), seis son de nuestro terruño, de los cuales dos pertenecieron al ejército en el 43 batallón de infantería, con sede en Tepic. Sabrá Dios cuántos forman parte de los cárteles de la droga que operan el todo el país.

La funcionaria estatal admite que el gobernador Ney González ha girado órdenes para que se redoble la vigilancia en los límites con los estados de Sinaloa y Jalisco para evitar el “efecto cucaracha”, que no es otra cosa que los mafiosos perseguidos se introduzcan a Nayarit. Ya los tenemos dentro.

Sobre el mensaje que supuestamente se envía con la cercenada cabeza, hay quienes se atreven a decir que es para el gobernador Ney González, otros más señalan que para el gobierno federal.

Dentro del mar de especulaciones surge la voz popular que sostiene: asesinaron al hijo de “El Chapo” Guzmán -joven Édgar Guzmán Beltrán, en Culiacán, Sinaloa, el 11 de mayo, durante un tiroteo desatado entre narcotraficantes rivales-, luego entonces el mismo Chapo encorajinado dijo que asesinaría al hijo del gobernador de Sinaloa, y de paso al hijo del gobernador de Nayarit. Eso dice la gente.

Prendió la psicosis. La casa que habita Ney Manuel, en la colonia Mololoa, se vio una noche abastecida por los cuatro puntos cardinales de un despliegue enorme de elementos de la Policía Estatal Investigadora. Fue tal el movimiento policíaco que los vecinos, primero no daban crédito a lo que veían, y enseguida no se explicaban qué había sucedido. A la fecha fue duplicado el número de efectivos de vigilancia día y noche, es decir, ininterrumpidamente las 24 horas.

Por si las dudas, se ha destinado fuerte escolta para la seguridad del hijo del gobernador, él mismo ha reforzado su equipo para tal fin, así como el de su esposa. Ante los acontecimientos sangrientos derivados de la lucha contra el narcotráfico, prevenir es la mejor manera de estar exento de daño o riesgo.

Se calentó la plaza. La olla de presión está en activo, en cualquier momento puede estallar. Para completar el cuadro sólo nos falta el enfrentamiento a tiros en la vía pública entre grupos de narcos rivales, o bien entre éstos y la policía. Entonces sí, terminará enteramente la paz de los nayaritas. Y agárrense, inocentes perderán la vida, a todas luces injusto.

Mail: osgobi@hotmail.com

 

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