>Antonio Tello:
Me preguntas por las encuestas telefónicas y su confiabilidad.
Hace 18 años me dedico a las encuestas y siempre he hecho, por razones de economía, encuestas telefónicas.
Las recuerdas:
En octubre de 1998, en el entonces casi único medio local en línea, publiqué una encuesta telefónica donde se daba en Tepic a Antonio Echevarría como favorito de la gente para la gubernatura. Fue gobernador.
En 2000 tú directamente me encargaste encuestas telefónicas y domiciliarias y tuviste en tus manos los resultados: en las elecciones federales todos los candidatos a diputados federales y senadores del PRI tenían la preferencia de la gente. El día de las elecciones Nayarit fue tricolor de nuevo.
En 2002 medí por vía telefónica y en domicilios, y en ambos los datos eran similares, y tú los conociste: el PAN no tenía la preferencia de los electores. En las urnas los tepicenses hicieron presidente a Ney González.
En 2005 la historia se repitió: telefónicas y de campo, nuestras mediciones reflejaban la ventaja del candidato del PRI a la gubernatura del estado. Así sucedió.
Ese mismo año, como estratega de Gricela Villa para hacerse de la diputación por el segundo distrito, me encargaste, con dinero personal, cinco encuestas, dos de ellas telefónicas. En la última medición te dije: si la gente vota por partido, pierde; si lo hace por la persona, gana. Te reíste, porque un encuestador regiomontano de la Alianza desacreditó mis conclusiones. Él decía: Navarro será gobernador, ella no será diputada. Yo te decía: a Navarro no le alcanzará, a ella sí. Villa fue diputada.
Después de mucho más de cien encuestas sin mácula, en 2006 con datos en la mano dije que Celso Delgado sería diputado federal. Me equivoqué por primera vez: perdió. Nos equivocamos casi todos los encuestadores.
No puedo hablarte de una encuesta que no es mía, como la que hoy publicas. Pero si tu duda tiene que ver con la confiabilidad de una encuesta telefónica, tú conoces la respuesta, porque has tomado decisiones con eso. Claro, los márgenes de error suelen ser mayores; no sé si tenga caso hablar de eso.
Mi aprecio, siempre estadístico, pocas veces aleatorio, confiable y con reducido margen de error.
Jorge Enrique González
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