La Güipa/ Al diablo el servicio de la verdad

- Ago 25, 2008

>Dolorido, presa de un gran sentimiento, percibí ese día a Manuel Humberto Cota Jiménez, presidente del Ayuntamiento de Tepic, cuando en conferencia de prensa anunció su decisión de denunciar ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, por los delitos de difamación y calumnia, a José Trinidad Espinoza Vargas, director del diario Consensos.

Hace días el matutino en cuestión publicó la supuesta participación de un hijo del alcalde, Manuel, de 18 años de edad, en el atropellamiento en calles de Tepic de un joven de 15 años, que finalmente murió, según la nota informativa. Afirmó Consensos que el accidente ocurrió en diciembre del año pasado, y que el automóvil Jetta era conducido por Manuelito en estado de ebriedad.

Por los menos habían transcurrido ocho días de la publicación en Consensos, pero mucho más tiempo de escaramuzas sobre el mismo asunto en otros medios escritos. Don Manuel Humberto se tardó. Con base a su explicación, tuvo que entrar en profundo análisis y reflexión para proceder a la denuncia, caminar sin ningún riesgo en el terreno de la legalidad y con las pruebas irrefutables de que todo lo divulgado es falso.

Cota Jiménez es un político tolerante, respetuoso de la libertad de expresión, como funcionario ha asimilado todos los “golpes” de la prensa escrita y otros medios, pero hoy le tocaron lo que él considera más íntimo y más sagrado: la familia. “A mi familia la quiero, la cuido y la respeto. A Cristian, de 22 años; a Manuel, de 18 años, y a Freddy, de 13 años, los quiero mucho, son los seres más queridos por mí y mi esposa. Y mi hijo se encuentra afectado moral y anímicamente por hechos en los que nada tuvo que ver”. Por eso “moral y humanamente estoy obligado a denunciar. Hubiera tomado medidas de otro tipo (el honor se lava sólo con sangre, ha dicho Ernesto Acero), pero soy hombre civilizado”.

Admite Cota que debido a la difícil situación financiera actual, el Ayuntamiento de Tepic ha incumplido convenios con algunos diarios, lo cual ha generado un momento de adversidad muy especial que se agudiza en el tramo agonizante del gobierno municipal. (“Lamento que un compañero periodista (Pepe Espinoza) por obtener unos pesos más se haya metido con mi familia”). De esa manera echa por tierra la versión de que en días recientes los ataques periodísticos en su contra provienen orquestadamente de personajes políticos al servicio del Gobierno del Estado.

Alega el munícipe que Consensos ha hecho gala de intromisión en su vida privada y la de su familia, sin embargo la mayor embestida mediática al alcalde es con base a críticas a la función pública del mismo, incluso sin mucho sustento, sólo por quítame estas pajas. Panegiristas del gobernador González, columnistas que escriben por consigna, también agreden a Cota.

Precisamente la información de Consensos que acusa de asesinato a Manuel Cota Vélez, tiene su origen en ese maremágnum informativo bien manipulado. Pepe Espinoza cayó en el exceso, como buen abogado se le fue la papa entera, pero además no cumplió con su obligación ética de veracidad y en sus informaciones no anteponer un elevado sentido de responsabilidad.

Abiertamente el alcalde fundamenta que antes de la publicación de los supuestos sucesos fatales, un representante (no dijo quién) de la empresa periodística tuvo acercamiento con el presidente del Ayuntamiento de Tepic para negociar el silencio, lo cual Cota ve como algo normal. Es decir, tanto a uno como otro les vale gorro que las libertades de información y prensa constituyan derechos fundamentales para el desarrollo de la vida ciudadana bajo una democracia. Al diablo el servicio de la verdad.

“No observo a nadie detrás de ello.  Mi hijo no tuvo nada que ver ni de forma, ni de tiempo, ni de lugar. Sólo en una mente insana existe esta perversa circunstancia, inicialmente con ello pretendieron obtener recursos financieros de mi parte, los han tenido pero en una relación seria y normal: una empresa con una institución que yo represento. Esto es sano y normal.

Me duele mucho esta cosa. He pasado crisis enormes, yo creo que soy el político que más resistencia he tenido durante nueve años. Pocas veces respondo, casi nunca, porque he crecido sujeto al dolor, a la presión y a la crítica. Así he llegado a los cargos públicos. Esa es mi conducta, jamás he pretendido reclamarle a nadie ni en público ni en lo privado. Mis adversarios políticos los tengo ubicados, los tolero y generalmente los perdono. Pero ya me los encontraré. Lo que sucedió aquí (Pepe Espinoza-Manuel Cota) es que se rompió el código de honor que debe prevalecer”.

Ante la magnitud de la denuncia y la defensa de la honra del hijo amado, Cota considera asunto menor la cuestión del dinero cuando es la principal causa del embrollo. Si con base al convenio hubiera liquidado a tiempo lo que adeuda, seguramente no se encontraría al centro de un evento que “afectó profundamente a mi familia”.

Pero Manuel Humberto Cota Jiménez debería también ser sentado en el banquillo de los acusados para ser sujeto del escrutinio ciudadano, aun deje ser servidor público municipal. Por el jurado popular, ¿no podría ser demandado por omisión, negligencia o corrupción, entre otros?
 
Mail: osgobi@hotmail.com

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