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Sin ningún contrapeso, factor de equilibrio u oposición real, el gobernador Ney González cumple tres años al frente del Poder Ejecutivo de Nayarit y llega a la mitad de su sexenio demostrando que lo mejor que ha sabido hacer es ejercer el poder.
Sus cada vez menos adversarios y críticos, a los que sin problemas tolera porque no trascienden lo suficiente, siguen afirmando que es un gobernante populista, demagogo, excéntrico y despilfarrador; pero lo cierto es que los estudios de opinión, lo siguen colocando como uno de los mandatarios estatales más populares y mejor calificados del país, con un 80% de aprobación a su gobierno.
Experto en la manipulación mediática, adicto a las encuestas y devoto del marketing político, a Ney González casi todo le ha salido bien y quizá su único descalabro ha sido perder ocho municipios en las pasadas elecciones locales, que sin embargo, no logró ensombrecer el enorme triunfo electoral de Tepic.
Y es que la crucial victoria del PRI en Tepic, no sólo significó retener el control político de la capital del estado, sino que mucho más importante aún, fue asestarle un nuevo y parece que definitivo golpe mortal a su único adversario de tiempo completo: Miguel Ángel Navarro Quintero.
El Congreso del Estado, el Poder Judicial y organismos “autónomos” como el Superior de Fiscalización, están reducidos a simples oficinas del despacho del Ejecutivo. La oposición política bajo sospecha de estar “maiceada” y la prensa, acotada bajo la amenaza de suspensión de convenios publicitarios.
Quizá con alguna excepción, todas esas instituciones e instancias que debieran equilibrar y controlar el ejercicio del poder, a decir de analistas independientes, se encuentran a las órdenes y bajo el control absoluto del señor gobernador.
Presidentes municipales aminorados. Grupos de poder como el magisterio, en un pacto que muchas veces suena a capitulación. El echevarrismo, desencantado de gritar en el desierto.
“Nayarit ya no es igual… lo mejor está por venir”
Ney González además se divierte, goza, disfruta del poder. A bordo de jets y helicópteros rentados, vuela feliz por todo el estado y por todo el país. Mantiene en zozobra constante a sus sumisos colaboradores a quienes les marca el paso a golpe de teclado de su inseparable Blackberry. Todos los días inventa, instruye, maquina, revira, pero sobre todo se ríe de todo, de todos… y a veces hasta de sí mismo.
Beca universal y útiles escolares, despensas para los “jóvenes de la tercera edad”, tarjetas de Internet, partos gratuitos, seguro de vida a campesinos, promoción de la Riviera Nayarit, nodos viales, plan carretero, Forum Tepic, Feria de la Mexicanidad, desfiles de la alegría, pista de patinaje, ambulancias aéreas, campaña de valores, alertas de protección civil, Ciudad de la Salud… más lo que se agregue esta semana.
Montado todo eso en una enorme parafernalia publicitaria, da como resultado que la mayoría de los nayaritas terminemos por creer que efectivamente “Nayarit ya no es igual”.
Con todo el poder, Ney González inicia la segunda mitad de su mandato y no está dispuesto a que la curva de ese poder descienda y por el contrario, anuncia que “lo mejor está por venir”. Va por las tres diputaciones federales del próximo año, comenzará a preparar con toda tranquilidad la sucesión gubernamental y tratará de construir un buen escenario para después de su salida.
¿Cuáles serán sus límites? Los que él y sólo él se imponga.
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