>Inaudito: seis enfermeras del sistema estatal de salud fueron detenidas por elementos de la Dirección de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad del Ayuntamiento de Tepic. Permanecieron arrestadas más de dos horas en el edificio de la delegación policíaca.
Las trabajadoras de la salud realizaban la cotidiana labor de ir casa por casa en búsqueda de menores de edad para la aplicación del medicamento oral a fin de que crezcan vigorosos, política pública puesta en práctica hace muchos años y que los habitantes ven con buenos ojos por su benevolencia. De esa manera se logró erradicar la poliomielitis, así como disminuir otras más.
La versión del titular de la Dirección de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad, Comandante Ángel Violante Garza, –en el apellido lleva la fama- es que intervino la fuerza pública luego de recibir una llamada anónima al 066, de una supuesta madre de familia.
La demandante manifestó a la policía que la actitud de las seis enfermeras se le hizo sospechosa, virtud a que no vestían uniforme –por alguna razón- y tampoco portaban gafete de identificación. Eso fue suficiente para que las fuerzas del orden se les fueran encima, sin mayor explicación.
La acción de la policía municipal es preventiva, pero en este caso no se justifica la intervención. Las enfermeras no extorsionaban, ni mucho menos robaban con engaños a los moradores, como así ha sucedido con personas de la tercera edad. No cometían tan siquiera una falta administrativa ni violación al reglamento de policía y buen gobierno que ameritara su detención.
La decisión del Comandante Violante es en total contrasentido. Muy alejada de la ética, pero lo que es más lamentable sin la aplicación del más mínimo juicio policíaco. Sin investigación previa antes de ejercer la acción, sólo porque recibió una denuncia anónima y por teléfono.
Pero que se puede esperar de este personaje que durante más de treinta años prestó servicio a la antigua Policía Federal de Caminos –de allí el mote de Comandante-, donde los quehaceres son diametralmente diferentes a los de la policía preventiva del municipio de Tepic.
El alcalde Roberto Sandoval Castañeda lo invitó a participar en su administración tan sólo por su honradez a toda prueba, pero enteramente sabido es que eso no basta para el manejo difícil y delicado de una corporación de seguridad pública, más hoy que se libra una guerra a muerte contra el narcotráfico que ha logrado infiltrar para corromper los cuerpos policíacos del país.
Ángel Alberto Violante Garza fue incluso de los primeros nombres que dio Roberto Sandoval, siendo presidente municipal electo, para ser incorporado al elenco del gabinete. En la presentación documentada de la carrera de la vida de los funcionarios al arranque del XXXVIII ayuntamiento, de Ángel Alberto Violante Garza esto se manifiesta:
Vecino de esta ciudad. Estudios realizados: primaria, secundaria, medio superior y superior. Experiencia profesional: laborando como Policía Federal de Caminos por 35 años ininterrumpidos, alcanzando el grado máximo como Comandante de Región de la Policía Federal Preventiva. Capacitación recibida: diecisiete cursos de diversas materias relacionados con el ámbito de seguridad. Y tan tan. Lo que refleja que en el manejo y servicio de la policía preventiva es un analfabeta funcional.
Tanto medios de comunicación como dirigentes sindicales de salud y el propio secretario estatal del ramo se manifestaron en contra la arbitrariedad del jefe policíaco, pero el alcalde Sandoval, por lo que se ve, la ha considerado una falla menor, puesto que ni un pronunciamiento ha emitido sobre el asunto para conocer, según su punto de vista, el grado de responsabilidad del Comandante Violante. Ojalá y al paso del tiempo no se vaya a lamentar por esta designación.
El tema del dinero es el que más preocupa al presidente municipal de Tepic. Superar la crisis económica del Ayuntamiento es su principal angustia. Ha fijado su atención en medianamente enderezar el barco de las finanzas, porque al hundirse irremediablemente representaría tácitamente su vergonzosa renuncia al cargo, algo que en la historia reciente no ha ocurrido con alcalde alguno.
Mientras tanto la ciudad se hunde en la mediocridad.
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