La Güipa/ No hay que enseñar el cobre…

- Dic 11, 2008

>Fui mal informado, acudí a una dizque conferencia de prensa que en realidad fue un encuentro con motivo de Navidad entre representantes de los diversos medios de comunicación social y el presidente municipal de San Blas, Hilario “Layín” Ramírez Villanueva.

Asistí motivado por la curiosidad, quería conocer personalmente al controvertido personaje recién inmerso en cosas de la política. Me apersoné en el hotel del centro de Tepic movido por el interés de saber ideológicamente del hombre que llegó a la alcaldía del puerto abanderado por el Partido Acción Nacional. Esta ocasión no fue posible, pues su intervención fue sólo para dar las gracias a comunicadores por su asistencia, pero además para ofrecer disculpas por llegar con más de una hora de retraso. “Es que ahorita vengo de lejos”, se justificó.

Para congraciarse, “Layín”, vestido de chazarilla y pantalón de mezclilla azul, sin faltar encasquetado el sombrero de ala grande, señaló: “decirles que cuenten conmigo, en lo que concierne estoy a sus órdenes. Ahorita vamos a echarnos un taco, les voy a regalar una botella –en una canastilla tequila y un puño de camarones secos-, decirles que si el pueblo, después de un gran trabajo que vamos a hacer en San Blas, primeramente Dios, me sigue pidiendo vamos por más. Quiero contar con todo su apoyo (de los comensales), y de aquí para allá cuenten conmigo, compañeros, de a deveras”.

Fácilmente rebasó 70 el número de reporteros de prensa, radio y televisión. A cada uno de ellos saludó de mano “Layín”, quien confesó que no le gusta le digan presidente. Estaba yo sorprendido en principio por el poder de convocatoria del alcalde. Es taquillero, decía; cómo es posible que a una conferencia de prensa asistan tantos trabajadores de la comunicación social al llamado de un presidente municipal que no es el nuestro, que viene a invadir territorio. Enseguida entré en razón….bueno, hasta hicieron fila para recibir el obsequio navideño de manos de Hilario Ramírez Villanueva. Algunos nos frustramos porque no hubo “bolo”.

Desde antes de llegar a la presidencia del Ayuntamiento de San Blas, “Layín”, como candidato del PAN hizo obra material y social en varias comunidades del municipio, eso le valió ser favorecido por el mayoritario voto popular. Respaldo económico tiene gracias a su tesonero trabajo de exportador de productos agrícolas diversos, principalmente a los Estados Unidos. En el transcurso de los años ha logrado posición económica holgada.

Llegar al acto de toma de posesión montado en un caballo con valor de 250 mil dólares, arrojar monedas a los asistentes, ser por ello el alcalde más popular del país, según sus decires, pretender filmar una película con beldades de la cinematografía nacional y aspirar a ser gobernador de Nayarit, entre otras excentricidades, hacen de “Layín” una persona de carácter raro, pero lo que es peor, lo presentan como un funcionario muy alejado del objetivo para el cual fue electo.

En la actualidad hay quienes han soltado la especie de que los gobernantes deben ser sometidos a test psicológico y psiquiátrico para conocer si están en capacidad de desempeñar el cargo con eficiencia. Más allá hay los que demandan sean sometidos a evaluación. Sobre el tema René Drucker Colín, en su última colaboración para La Jornada, expone: “A mí me gustaría ver que a nuestros políticos los pudiéramos evaluar, y aquellos que no pasan, pues irían para afuera, se les acabaría el ingreso. El problema es que si lo hacemos hoy, posiblemente nos quedaríamos casi sin políticos.

Yo me permitiría sugerir que los ciudadanos evaluemos a la clase política, y aquellos que no sirven que se vayan, y den lugar a otros que quizá sean más capaces. Estoy seguro que los ciudadanos estamos hartos de tanta mentira, simulación, ineptitud que permea en la clase política mexicana. Lo que quisiéramos son personas aptas y honestas para ejercer las funciones que se les encomienda, no queremos seguir en el mundo del compadrazgo, el amiguismo y en el canje de puestos por favores y/o sometimientos.

La política necesita profesionalizarse; hoy sigue en manos de aprovechados y de circunstancias coyunturales. Mientras eso siga así, México nunca saldrá del hoyo en que se encuentra. Tenemos que evaluar a la clase política y hacerla sentir el peso de nuestras opiniones”.

Lo importante es que un político como cualquier individuo conozca sus limitaciones y trate de ir poniéndoles remedio. No hay que enseñar el cobre o, cuando menos, no enseñarlo demasiado.
 
Mail: osgobi06@yahoo.com.mx

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