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Odiado por unos, perseguido por otros, “el teniente” Julio César Jiménez Arcadia terminó sus días como los vivió, en medio de la polémica y el escándalo, llenando los espacios de la nota roja. Protagonista por naturaleza, en ocasiones altivo y soberbio, pero en otras satanizado, exhibido y hasta ridiculizado.
Hombre de contrastes marcados. Desde el “comandante” que se enfrentó al aparato de la procuración de justicia, que lideró a policías y custodios que se decían agraviados, que fue hostigado y luego encarcelado, que pasó hambre y carencias, hasta el poderoso y amenazante jefe policíaco, calificado de “loco y desquiciado”, que se convirtió en represor, que se llenó de venganza, no supo aprovechar la gran oportunidad de su vida y se volvió “la piedra en el zapato” para quien en su momento lo rescató y cobijó.
Jiménez Arcadia surgió a la escena pública y ganó espacios en los medios locales cuando, siendo uno de los comandantes de la entonces Policía Judicial Estatal, reveló supuestas irregularidades en esa corporación, denuncia que le trajo una embestida sin cuartel del entonces procurador Jorge Armando Bañuelos Ahumada, quien lo persiguió hasta el cansancio, originando hasta la intervención de la Comisión de Derechos Humanos por reclamo del propio Jiménez Arcadia.
Con el cobijo de escasos agentes judiciales que se vieron identificados con él, Jiménez Arcadia fue haciendo un frente entre policías estatales, municipales y custodios del Centro de Rehabilitación Social Venustiano Carranza de Tepic, a los que aglutinó en la llamada “Comunidad Policial Solidaria (COPS). Desde esa minúscula trinchera “el teniente” inició a defender sus intereses.
Efímero fue su paso en 2002 por la Dirección de Seguridad Pública de Xalisco, el alcalde Abel Isiordia Aquino le dio la oportunidad con la esperanza de que la experiencia del teniente pusiera orden en un municipio en el que crecía inmisericorde el narcomenudeo. Jiménez Arcadia fue destituido del cargo bajo la acusación de que “estaba jugando con el bando contrario”, que se había aliado a los narcos. En respuesta Julio César Jiménez arremete contra el edil y lo acusa de sostener un amorío con una mujer discapacitada.
Con el inminente cambio en la administración estatal, Jiménez Arcadia se convirtió en “neyista” (según sus propias palabras) haciendo referencia a Ney González, entonces presidente municipal de Tepic, quien lo cobijó y le quitó el hambre haciéndolo “asesor” del ayuntamiento en materia de seguridad pública. Desde entonces era común ver a Jiménez Arcadia en la moto que conducía el día de su muerte, esa pintada de blanco y negro, con la leyenda COPS.
En septiembre del 2005, Julio César Jiménez Arcadia es sorpresivamente designado por el gobernador Ney González como director de la Policía Judicial Estatal, nombramiento que llevó implícito un claro mensaje al gobierno de Antonio Echevarría y su procurador Bañuelos Ahumada: el “perseguido” ahora era el jefe.
Había llegado la hora de la venganza, como fiera herida Jiménez Arcadia se dedicó a acosar, a hostigar, a quienes en su momento lo habían maltratado. De escándalo fueron sus excesos, sus arbitrariedades y abusos; cometió los mismos actos que en su momento él denunció. Pronto se le fincaron responsabilidades administrativas y penales por el manejo discrecional y desvió de recursos públicos a su favor. En su momento se le acusó de quedarse con el dinero de las multas, por las que no se daban recibos, y de obligar a los agentes policíacos a firmar oficios de comisión en blanco para quedarse con los viáticos.
Conocidos también fueron los “levantones” y detenciones injustificadas ordenados por Jiménez Arcadia como “estrategia” para el esclarecimiento de algún ilícito o para amedrentar a los detractores y opositores a sus intereses. Incluso inició una ofensiva contra periodistas que alguna vez lo ayudaron y que ahora lo criticaban.
Recién estrenado en el cargo, Julio César Jiménez Arcadia dirigió en noviembre de 2005 un operativo para “recuperar” el control del Penal de Tepic luego de un motín de internos. La Policía Judicial entró al penal disparando sus armas contra los reclusos dando como resultado que ocho de ellos resultaran heridos. En principio se habló incluso de un muerto, versión que la secretaría de gobierno desmintió al día siguiente, quedando en entredicho la eficiencia del operativo y dejando entrever que el gobierno protegía a su director policíaco.
Jiménez Arcadia fue protagonista de escandalosos sucesos, como el accidente ocurrido en la carretera Tepic-Puerto Vallarta en la semana santa del 2006 a bordo de una camioneta robada y bajo el resguardo de la Policía Estatal Investigadora. El director viajaba con la poco despreciable cantidad de 40 mil dólares en efectivo, aproximadamente 500 mil pesos.
El inmoral manejo de la ahora llamada Policía Estatal Investigadora obligó al gobernador a remover en junio del 2007 a Jiménez Arcadia y nombrar en su lugar a Fernando Carvajal Cazola, quien se desempeñaba como secretario técnico del Consejo Estatal de Seguridad Pública. En realidad fue un “enroque institucional” pues Jiménez Arcadia se quedó en el lugar que Carvajal dejó.
Aún fuera de la Policía Estatal Investigadora, Jiménez Arcadia seguía manipulando los hilos de la dependencia, se mofaba en decir que en realidad no le habían quitado el poder, que al contrario, lo habían “subido de nivel” pues en el Consejo Estatal de Seguridad Pública tenía mejor sueldo y la libertad de operar.
Hace apenas tres meses, en septiembre, Ney González decide retirar del gabinete a Julio César Jiménez Arcadia, lo destituye del cargo y nombra en su lugar al ex líder del congreso estatal, Efrén Velásquez Ibarra.
Con esta acción el gobernador se deslinda del polémico jefe policíaco, a quien constantemente se le vinculaba con los grupos de narcotraficantes.
Quizá de ahí surge la declaración de Ney González al enterarse de la muerte de su ex colaborador: “El gobierno no puede estar en donde alguien toma la decisión de hacer o de no hacer algo (…) por eso hablamos de la responsabilidad, que cada quien se haga responsable de lo que hace y lo que dice”.
VIDEO DE ARCHIVO: JIMENEZ ARCADIA ENFRENTA PROTESTA DE POLICIAS EN JUNIO DE 2007
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