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Acontecieron durante el reciente terminado 2008 sucesos significativos, de tal magnitud que llaman la atención porque coincidentemente se originan en el mismo momento que el gobernador de Nayarit, Ney Manuel González Sánchez, realiza actos oficiales propios de su investidura y que aparecen a simple vista concatenados con el crimen organizado.
Los sucesos importantes que a detalle explicaré no tienen ni el más mínimo interés de propagar información que produzca alarma, temor o miedo en la población, grupo o sector de ella, tampoco mi propósito es perturbar la paz pública, menoscabar la autoridad del Estado o presionar a la autoridad para que tome una determinación. Hecha la aclaración, confío en que la autoridad judicial sabrá aplicar su buen juicio para evitar que sea yo culpado de terrorista cibernético.
Con base al análisis de los hechos del año anterior, encuentro que Nayarit se inaugura en el asunto de personas degolladas el 16 de mayo, acción que en la lucha sin cuartel del Estado nacional contra el narco es cosa de todos los días.
Precisamente ese día, el gobernador Ney Manuel González Sánchez presidía junto con el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, interesante reunión con tema nacional en las instalaciones de lujoso hotel de Nuevo Vallarta, en el pujante municipio de Bahía de Banderas.
Hasta ese sitio se supo del hallazgo de la cabeza cercena del resto del cuerpo de un hombre, depositada en hielera de unicel que abandonaron en una de las colonias de Tepic. Al tiempo se conoció que pertenecía a una persona que se desempeñaba en un rancho enclavado en el municipio de Xalisco. Se presumió liga con el narco.
Avanza el año y al gobernador de Nayarit, Ney Manuel González Sánchez, con base a la inteligencia que Dios le dio se le ocurre, el 26 de noviembre, convocar a diversos sectores de la sociedad con el interés de que firmen el Acuerdo Estatal por el Fortalecimiento de la Seguridad Pública.
El acto con bombo y platillo fue en la mañana, por la noche -aún tierna- sucede el asesinato a balazos de Flavio Hernández Martínez, propietario del bar “Tres Estrellas”. Este hecho sangriento aconteció en la ciudad de Tepic, por la avenida Insurgentes al oriente, cerca del recientemente instalado Angel de la Independencia procedente de la calzada de La Cruz. Oficialmente las autoridades del gobierno estatal informaron que se trató de un problema entre narcomenudistas.
Es también en noviembre, dos días después del hecho criminal anteriormente narrado, cuando aparecen dos narcomantas colgadas en un puente vehicular, cerca de Jarretadera, que conduce a Nuevo Vallarta.
Esta vez el gobernador Ney Manuel González Sánchez acompañaba, exactamente ese día, al secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo Torres, quien realizaba una gira de promoción turística por Nayarit, en la región de Bahía de Banderas.
Las narcomantas rezaban, una, ¿Dónde te escondes chilanguito?, otra, “Sigue tu mujer, tus hijos y toda tu puta familia”.
El propio mandatario estatal, en declaración a periodistas de Bahía de Banderas y Puerto Vallarta, desestimó el acontecimiento, se trata de una broma, dijo. Intentaba ocultar con un traslúcido velo la presencia del narcotráfico en la zona de mayor crecimiento de Nayarit, pese a que anteriormente en el municipio hubo por lo menos dos persecuciones que terminaron en enfrentamientos a balazos entre fuerzas del orden y presuntos sicarios, y donde, por supuesto, hubo muertos.
Casi para finalizar el año, el 17 de diciembre, la opinión pública se estremece al conocer el asesinato con alevosía y ventaja de Julio César Jiménez Arcadia, quien en la campaña política para gobernador fue el responsable de la seguridad del candidato priista y posteriormente designado director de la Policía Estatal Investigadora y enseguida director del Consejo Estatal de Seguridad Pública del actual gobierno de Nayarit.
Balazos en la cabeza acaban con la vida del controvertido hombre dedicado la mayor parte de su vida a la actividad de las armas. Sobre charco de sangre, boca arriba, en la calle, cerca del monumento al Hermana Agua de Tepic, queda el cuerpo de quien algún tiempo mantuvo estrecha relación con el mandatario de los nayaritas.
El crimen de Jiménez Arcadia sobrevino con exactitud al instante que el gobernador Ney Manuel González Sánchez bosquejaba, ante centenares de asistentes a las instalaciones de la Ciudad Deportiva, partes sustanciales del tercer informe que por escrito presentó a la XXIX Legislatura.
Empañó el acontecimiento político y ceremonia más importantes del año para el gobierno del estado. El mandatario lamentó lo sucedido, mientras que el Procurador de Justicia, Héctor Béjar, declaró que el crimen ninguna relación tiene con el gobierno, puesto que Arcadia no pertenecía a la administración estatal, mucho menos con el narco.
Clamo a la voluntad de la opinión pública para que alguien me explique, porque acuso ignorancia sobre éste tema, también de otros, para saber si se trata de mensajes del narco, o más bien de la combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar. Yo me inclino a pensar que sí es obra de la casualidad.
En reciente atentado a instalaciones del Televisa-Monterrey por sicarios que se cubrían el rostro con pasamontañas y que lanzaron granada de fragmentación, así como disparos con armas largas, dejaron un narco mensaje: “Ya dejen de transmitir nada más a nosotros, también transmitan los narco mandatarios, esto es un aviso”.
Mail: osgobi@hotmail.com
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