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*La historia terminó para Leonel, sus sueños… para su agresor, se comenzó a escribir la propia
A Leonel le llora su familia, su esposa, sus dos hijos, sus padres sus hermanos, lo extrañan sus amigos los de la notaría pública en donde laboró. Ahí está su escritorio, en una esquina, con un montón de papeles de trámites que dejó pendientes y que jamás atenderá.
Murió víctima del arrebato de ira de otro joven, Juan Ramón, que a su vez, espera en la fría celda del Cereso Venustiano Carranza a que el juez le dicte sentencia por el delito que cometió, el de homicidio que ha indignado a los abogados, que lacera a toda la sociedad.
Para el gobierno, seguro que es un caso más de la estadística criminal en Nayarit, que sigue siendo baja en términos absolutos, pero que asusta, nos asusta a todos los que hasta hace algunos años vivíamos sabiendo esporádicamente de casos de violencia, violencia que en algunos se mimetiza, se imita. Hoy los ciudadanos no podemos darnos el lujo de reclamar verbalmente una falta de cortesía en el tráfico vehicular so pena de ser sorprendido por alguien con pistola, dispuesto a acabar con nuestra vida.
Leonel Mendoza, de apenas 32 años, era abogado, egresado de la UAN, vino hace aproximadamente 20 años junto con sus padres y sus tres hermanos del Distrito Federal a vivir en Nayarit, aquí se formó, encontró buenos amigos y murió el pasado 7 de mayo, seis días antes, había recibido un balazo, un disparo que nunca esperó, que nunca buscó.
Los datos, ampliamente publicitados en los medios, se dieron en la caseta de cobro de Trapichillo, venía Leonel con su esposa y sus dos hijos, habían pasado un hermoso día en la playa de San Blas, se habrían bañado en familia, jugó con sus hijos, regresaban a Tepic, la noche ya había entrado y precisamente, en ese trayecto, en la autopista encontró el incidente con el otro vehículo que era conducido por Juan Ramón, después de haber pagado, sucedió lo inesperado, cuando bajó Leonel a pedir tranquilidad recibió el disparo en su rostro.
La historia terminó para Leonel, sus sueños… para su agresor, se comenzó a escribir la propia.
Ahora, será la justicia ciega e imparcial la que determine el cierre de esta trágica historia, aunque realmente nada cambiará, Leonel no regresará a estar con los suyos, con quienes le lloran, con quienes le extrañan.
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