>Los muertos, muertos están, sin embargo siguen ahí, tendidos en cada morgue partidista, sin recibir sepultura; son los caídos del cinco de julio, los que no ganaron, los que no pudieron llegar a cumplir el sueño de ser diputados federales.
Los muertos del domingo no han sido ni siquiera reconocidos, no hay padre, no hay madre, no hay hermanos, hay pocos amigos y es que ciertamente, la derrota es huérfana y a las victorias les salen muchos dueños. La fosa común, la fosa del olvido parece que será el lugar en el que descansen los restos políticos de quienes hasta un día antes del domingo cinco de julio tenían en este mundo y en el virtual muchos seguidores.
Han transcurrido ya dos semanas desde aquel domingo negro para algunos y en sus respectivos partidos políticos no inician el proceso formal de autopsia a sus muertos, el procedimiento que pudiera revelar las razones del fallecimiento político de algunos de sus candidatos e incluso, escudriñar la victoria de otros.
Lo que subsiste en el análisis de café es invariablemente el comentario mordaz y de los políticos, las declaraciones triunfalistas de casi todos, porque casi todos, encuentran grandes razones para estar contentos, algunos por la cantidad de votos obtenidos y que los coloca como la primera fuerza, otros por conservar espacios, el ya merito, el gran avance, la cuarta fuerza, etc, etc, etc.
Abrir en cada partido político el cadáver de la derrota de la pasada elección, implica además, estar preparados para malas noticias, confirmar posibles causas o encontrar otras, casi nadie está dispuesto a asumir con responsabilidad su parte y es que hay de todo, desde anemia propia del candidato, hasta viejos tumores cancerosos.
A los políticos les asusta encontrar que las razones del fracaso no están en otros sino en ellos mismos, qué se hace para ganar una elección es la verdadera pregunta que deben hacerse y ahí, en ese mar encontrarán respuesta a sus dudas que los atormentan.
Pero luego también, la autopsia deberá hacerse con honestidad, un elemento del que carece bastante nuestra clase política, toda, de todos los partidos, de ahí que sin el proceso científico para saber las causas de la derrota con exactitud, se pierdan en las suposiciones que rayan hasta en las traiciones de correligionarios, que en algunos casos son evidentes, pero sin sustento.
Y así, cada uno con sus muertos, anuncian los dirigentes de partidos que están ya listos para hacer frente al proceso electoral de 2011, la sucesión gubernamental.
Los muertos de hoy, serán fantasmas en el mañana, solo en el caso de algunos, porque muchos de los caídos el cinco de julio se habrán ido a algún lugar distinto al Limbo de Abraham que oficialmente ha desaparecido, la razón, es que murieron teniendo como único pecado el de haber sido candidatos.
De gratis, una reflexión final para quienes se preguntan aún porque el voto ciudadano no les favoreció pese a todo el buen trabajo de un gobierno, sea del PRI, el PRD o el PAN: No pretendan que los ciudadanos agradezcan electoralmente lo que están obligados a hacer como gobierno y que además es su obligación.
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