Los dilemas de la transformación universitaria

>Durante estos días, se desarrolla en la Universidad Autónoma de Nayarit una serie de talleres de planeación convocados por su Rector, el C.P. Juan Lopez y por el Consejo General Universitario y que buscaran precisar, para la comunidad universitaria, el modelo de desarrollo universitario que habrá de dar sentido al Plan Institucional de Desarrollo 2011-2016, documento que normara las acciones de los universitarios en el periodo administrativo que recién comienza.

Guardando la distancia y el respeto a una institución a la que tanto debo, me resulta interesante opinar sobre dicho proceso y sobre el esbozo de una discusión que en las redes sociales han protagonizado algunos destacados maestros universitarios y donde se han abordado los procesos de transformación que la institución ha experimentado en los últimos tiempos.

No me detendría a analizar la naturaleza de nuestra institución, de carácter popular, no elitista y profundamente social, derivada de las condiciones históricas que le dieron origen y de la profunda convicción humanista de su fundador, ni tampoco en el daño derivado de las recurrentes crisis políticas que experimentó durante sus primeros 20 años de existencia y que la colocaron al borde de la desaparición, unas veces por intención del poder político y otras por las condiciones del enfrentamiento entre los grupos que se disputaban su conducción, en algunas ocasiones al confrontar diversas concepciones de la manera de organizar y administrar la institución.

Lo que si puede deducirse es que existe un proyecto de universidad regional claramente definido desde su fundación; Aquel que viniera a acompañar e impulsar el proceso de desarrollo estatal en sus diversas variantes, no solo las derivadas de las actividades económicas y productivas sino también aquellas necesarias para elevar el nivel de vida de los nayaritas en lo social y lo cultural, no por nada se llamó Ciudad de la Cultura al campus universitario y se eligió el nombre de Amado Nervo para distinguirla.

¿Que es lo que ha cambiado de entonces a ahora y que empuja los necesarios cambios al interior de la institución? Sin duda, las condiciones históricas que se han transformado radicalmente y que demandan una mayor capacidad de transformación que permita seguir cumpliendo con su misión fundamental. Entonces las preguntas fundamentales se centrarían sobre que es lo que tiene que cambiar, como cambiarlo, cuando y quien lo va a hacer. Elemental, pero no fácil de contestar.

Obviamente, cuando se tiene claro cual es el objetivo que se persigue, también se sabe hacia donde queda el camino que hay que tomar. Si la universidad a la cual aspiramos la mayoría de los nayaritas es aquella institución líder, que no solo forma profesionales, sino que lo hace con calidad y pertinencia, y que ademas encabeza los procesos de creación de conocimientos y su aplicación a los procesos de innovación con una vocación regional pero con una visión global y a la cual aspiramos considerar como la conciencia critica y ética de la sociedad nayarita, manteniendo su régimen de autonomía y promoviendo el respeto a los derechos humanos, a la naturaleza, a los valores democráticos y a la diversidad en todas sus formas, entonces la discusión tendrá que derivar en como alcanzar tales fines. Quizá habrá diferentes modos de concebir a la universidad pública, pero lo que deberá acordarse siempre es en el como.

Quizá la primer pregunta, y esa fue la que nos hicimos al iniciar el proceso de reforma en el año 2000, es como se mejora la calidad y la pertinencia de la educación universitaria, que en el caso de Nayarit incluye al bachillerato. El contexto de hoy ha profundizado lo que veíamos hace 10 años; Externamente, hay una crisis de las profesiones tradicionales y la economía regional no acaba de transitar a un modelo permanente de creación de riqueza, sino al contrario se terciariza cada vez mas y la generación de empleos depende fundamentalmente de los flujos de inversión externa y de la evolución del sector externo de la economía. Que se requería entonces para enfrentar estos fenómenos?

Primero, buscar una educación integral, que diera a los estudiantes la capacidad de adaptarse a un mundo en constante evolución. Eso permitió que se concibiera un modelo académico con un currículo flexible, esto es, adecuado a los intereses de la formación de cada estudiante pero no alejado de las exigencias de la formación profesional. Para ello, se modificaron los planes de estudio del bachillerato y de todas las licenciaturas universitarias. Con ello, no solo se buscaba formar mejores profesionales, sino personas con capacidades de seguir aprendiendo durante toda su vida y con habilidades que lo permitieran, desarrollando destrezas de manejo de un segundo idioma, de tecnologías de Informacion, de desarrollo del pensamiento lógico y abstracto y de principios de identidad y pertenencia.

Aqui cabe hacer un paréntesis y preguntarnos hasta donde avanzó, en la praxis, el modelo universitario diseñado en lo teórico y plasmado en documentos aprobados por el Consejo General Universitario. Obvio, se requiere de un diagnostico objetivo y duro de los avances, los errores, las resistencias y el contexto político del desarrollo de un modelo universitario, que en su tiempo, fue apoyado, al menos en la formalidad de los órganos de gobierno, por la mayoría de los universitarios y socialmente respaldado.

Tengo la impresión que en ese terreno se enmarca la discusión de ambos maestros universitarios, y que las diferencias, que evidentemente existen, es sobre el COMO se ha construido o dejado de construir el modelo de universidad que alguna vez se pensó. Lo trágico sería que dichas divergencias de opinión, no solo fueran personales, sino que significaran profundas diferencias de concepción entre los grupos que actúan al interior de la universidad.

Por estas razones, debe ser bienvenido el debate publico y el interno sobre el camino que debe tomar la institución educativa mas importante del estado, y resaltar la mayor relevancia de los talleres de planeación que se realizan intramuros y de los trabajos que de ellos se derivarán. La universidad lo merece, pero aún mas, lo merece el pueblo de Nayarit.

* El autor es Senador de la República, presidente de la Comision de Ciencia y Tecnología,
Secretario de la Comision de Educación, ex-rector de la Universidad Autonoma de Nayarit.

Foto: José Nicodemo Carrillo Ramos

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