>Fue nota porque así lo quisieron ellos. Esta vez fueron los mismos dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN) quienes, cumpliendo la ley (deben hacerlo todas las fuerzas partidistas de nuestro país) emprendieron una campaña para refrendar su número de afiliados, y la nota fue que la cifra descendió.
Ante ello pareciera que la militancia del PAN desapareció. Lo cierto es que no puede desaparecer algo que nunca existió. Debemos analizar con sumo cuidado la cifra con la que contaban y con la que ahora cuenta, los porcentajes de descenso que tanto llenaron las notas, columnas y comentarios en medios electrónicos (y por supuesto en los digitales y las redes sociales) en días recientes.
Ello nos obliga a hacer un ejercicio de memoria para remontarnos a noviembre de 2009 cuando el entonces Presidente Nacional del blanquiazul César Nava, junto a su esposa la cantante Patricia Sirvent (Patylú), comenzó una campaña de afiliación nacional en el PAN.
Eran otros tiempos, unos más de bonanza para ese partido, donde las dependencias federales, los gobiernos estatales y por supuesto el poder del gobierno federal pesaban en el ánimo de quienes deseaban ser militantes o adherentes panistas.
El contexto era pues uno donde el partido que había nacido para ser oposición pero en ese momento ocupaba el poder, comenzaba a convertirse a un partido de masas. En los diferentes procesos electorales se podían ver en el blanquiazul algunas prácticas que antes descalificaban pues las hacían otras fuerzas políticas.
Desde un inicio en aquella campaña de afiliación, se presumía de lo elevado de la cifra, pero tenía lógica en una dinámica que ejercía una cadena de beneficios para quienes estuvieran en esas listas. Los premios podían enlistarse con facilidad y no tanto por convicción, que los hay muchos, sino por la dosis de conveniencia temporal, y de esa forma muchos obtuvieron su acreditación.
Apenas tres años después, donde ocurrieron diversas circunstancias: el desgaste del gobierno, diversas competencias electorales sobresaliendo la presidencial donde su candidata Josefina Vásquez Mota quedó en el tercer lugar, el PAN vive uno de sus momentos críticos (que incluye perder algunos estados emblemáticos como Jalisco), el recuento de los daños comienza y los números hablan con la verdad.
Y más allá de las figuras del panismo que no se volvieron a afiliar a sus colores, pero que seguirán siendo del PAN y apoyándolo como Diego Fernández de Ceballos, Acción Nacional tiene que convencer no tanto a la afiliación sino a la elección, a que lo voten en las siguientes elecciones que tiene en puerta, pues el trabajo es la mejor carta de presentación que entrega un instituto y una figura política.
Las cifras que se manejaron son contundentes, un padrón electoral que llegó en su mejor momento a más de un millón 868 mil militantes activos, para ahora quedar en más de 367 mil. Pero esto no es de cifras, y si no se entiende así se comete un segundo error.
Además, es un excelente momento para replantearse su papel como oposición luego de ser gobierno. No es lo mismo ser el adversario que desea ganar algo, a ser la figura que quiere recuperar lo que alguna vez tuvo. Allí la motivación, quizá allí las razones del nuevo camino que deben comenzar a la brevedad, pues el reloj no se detiene, y los procesos electorales 2013 ya comenzaron.
rafaelvargaspasaye@gmail.com
@rvargaspasaye
* El autor es especialista en mercadotecnia política.
Este artículo originalmente se publicó en La Voz de Michoacán
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