>Crecí en un ambiente familiarizado con la charrería ya que mi padre Francisco en sus tiempos mozos la practicó y mi hermano Mayor Juan, también lo hizo; incluso mi sobrina Laura fue una destacada escaramuza.
Ya en años más recientes, yo mismo alguna vez fui charro de desfile un 20 de Noviembre, allá a finales de los años ochentas y para mí siempre han sido familiares los nombres de Roberto Martínez, toda una institución del deporte nacional, Fernando Ceceña todo un caballero y promotor de ese deporte y Melesio Gonzalez Cambero, de quien se podrán decir muchas cosas pero por lo que a mí respecta tengo excelentes recuerdos de él y es precisamente en honor a este último que se ha nombrado el Campeonato Nacional Charro que en días pasados dio inicio en Tepic.
Coincidirán con el que esto escribe los lectores que en la primera semana de la justa charra, se ha visto totalmente desairado dicho evento, lo que pone de manifiesto que en Nayarit es casi nula la afición a dicho deporte. Fue lamentable observar fotografías del día de la inauguración en donde se apreciaban muchas más personas en el ruedo que en la gradería, pero habrá que preguntarnos: ¿por qué esa apatía?.
A pesar de mis antecedentes charros familiares siempre he sostenido que la charrería es como el Nintendo o el X-box, esto es, solo resulta divertida para el que la práctica, no para el que la ve, aunado a mi tesis, considero que al ser un deporte sumamente caro, pues mantener un caballo, cuesta alrededor de 250 pesos diarios, esto lo hace inaccesible para la generalidad de las personas, que optan por opciones mas populares y baratas como el futbol , -no es lo mismo comprar un balón, que un caballo, un short y una playera, que un fuste- por ello pues, es claro que se ha notado ese ausentismo de personas en las competencias a pesar de que para los conocedores este es un espectáculo de primer nivel.
Según la información que existe, los precios para las entradas a presenciar las charreadas van desde los sesenta pesos en las eliminatorias, hasta la gran final cuyo costo será de cuatrocientos pesos.
Tales importes en mi opinión los considero elevados, imaginen una familia de cuatro miembros, cuyos padres son obreros o cuyos ingresos apenas rebasan el salario mínimo diario, es claro que no podrían pagar ni las entradas, mucho menos las sabrosas viandas y bebidas que según me han dicho se venden, en el Auditorio, el cual por cierto aunque no lo conozco, quien ya ha estado ahí me ha dicho que es una verdadera maravilla, que vale la pena conocerlo, pues es un espacio muy moderno y digno de los nayaritas.
Contrario a lo que pudiera creerse, no me hace feliz el hecho de que la gente no responda como se buscaba a tal evento, esa apatía no habla bien de nosotros como anfitriones, debemos de dar nuestra mejor cara a nuestros visitantes y más allá, de que si estábamos de acuerdo en la construcción o no del Auditorio hoy en funciones de lienzo charro, considero que es momento de apoyar el Campeonato Nacional, no queda mal el Gobierno, no queda mal el Gobernador, quedamos mal nosotros como sociedad como anfitriones de delegaciones de charros de toda la República Mexicana e incluso del extranjero.
Espero que en los próximos días mejore la afluencia y demos muestra de la bien ganada fama que tenemos los Nayaritas a nivel nacional e internacional, de ser gente cálida y amigable.
* El autor de este artículo es abogado litigante, especialista en derecho penal y de amparo
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