Reportaje Especial.- El etnólogo Eugeni Porras Carrillo, investigador adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Nayarit, integró un documental en el que da a conocer las fiestas tradicionales del grupo étnico, Odam o Tepehuano, entre las que resalta la celebración de la Semana Santa, adaptada del catolicismo.
La etnia tepehuana, odami u odam, se asienta en los estados de Durango, Nayarit y Chihuahua; en la entidad, se ubica principalmente en el municipio de Huajicori y la comunidade más importante por el número de habitantes, es San Andrés Milpillas, en el cauce del río Acaponeta; también se cuentan Mesa de los Ricos, Llano Grande, El Guamuchilar, El Zontenco y Quiviquinta, dijo el especialista.
Eugeni Porras, destaco que las fiestas religiosas de los tepehuanes, y otras etnias, cumplen la función de marcadores temporales “que regulan la mayoría de sus actividades agrícolas y ganaderas, y fomentan los sentimientos de identidad y colectividad compartida”.
El caso de la semana santa, reveló Porras Carrillo, congrega a la mayoría de los pobladores en torno a la larga y compleja ceremonia impuesta por el catolicismo pero que incorpora aspectos particulares y únicos, propios de las relaciones interétnicas.
Por primera cuenta, durante la celebración, relató, las autoridades tradicionales entran a la iglesia y ceden por estos días, su poder a las autoridades religiosas u encargados de los santos; viene entonces un tiempo de silencio y las campanas suenan por última vez, cuando el cristo mayor es descendido con canticos y alabanzas mientras que el cristo menor y los demás santos, son ocultados con sendos velos.
[caption id="attachment_14499" align="alignleft" width="405"] LA MATRACA. San Andrés Milpillas. Marzo 2005. (Foto: Eugeni Porras)[/caption]
Cada una de las actividades que se realizan en el templo y en los recorridos por la comunidad, son anunciadas por una matraca, confeccionada con pedazos de carrizo que golpean a una tabla sujeta con una plaqueta.
“Las flautas también son hechas de carrizo, que sobre todo hacen sonar los niños y que junto a los rezos, entonados principalmente por las mujeres, son los principales acompañantes sonoros de la celebración” sostuvo el investigador en el documental que fue editado junto con un libro.
Dijo que un elemento característico “de la mayoría de las fiestas de Semana Santa en el México indígena, es un grupo de judíos entrando a la iglesia, así como las guardias armadas en el interior del templo, este acto simboliza la búsqueda de que fue objeto Jesús en el tiempo bíblico”.
Además los tepehuanos realizan una representación con la aparición delos macheteros, que encabeza un grupo de niños, que en su momento, se cruzan como una señal de protección y defensa de la comunidad.
En esta escenificación de la pasión y muerte de Jesucristo, no pueden faltar los momentos de lavado de pies, que se lleva a cabo la noche del Jueves Santo entre tristes cánticos y plegarias.
La preparación de las procesiones alrededor de la iglesia, son las acciones en la que más gente participa, “primero se saca al Cristo Mayor, acompañado de la flauta y matraca, y se le dan dos vueltas alrededor del templo; paralelamente, se adornan con flores de papel de colores, una urna a modo de ataúd, mientras unos niños comen en el piso de la iglesia, simbolizando la última cena de Jesús y sus apóstoles”.
Explicó que una vez adornada la urna, se coloca sobre el piso sobre un lecho de hojas y ramas, frente al cristo mayor que es despojado de la peluca y de la faja que sostiene su falda blanca; enseguida se desclava la imagen de la cruz, y se introduce a la imagen en la urna que se coloca cerca del altar mientras se reza un rosario.
[caption id="attachment_14500" align="aligncenter" width="700"] SUENA LA MATRACA ANTE LA CRUZ VACIA. San Andrés Milpillas. Marzo 2005. (Foto: Eugeni Porras)[/caption]
Tras el encendido de velas, la cruz es sacada a una procesión, después sale en otra, el Cristo en la urna, “todo, siempre con el sonido de la matraca anunciando el evento y la entrada al recinto”.
Los festejos de la Semana Santa odami culminan cuando finalmente se prepara comida que se ofrece a las imágenes de santos, cubiertas y a las personas.
Eugeni Porras, dijo que junto con el arqueólogo Francisco Samaniega, editó un libro y un video, sobre las ceremonias de las etnias tepehuanas y mexicaneras, que son, consideró, dos de los cuatro grupos indígenas de Nayarit, que son los menos atendidos “fue un trabajo de campo, editado por la UAN (Universidad Autónoma de Nayarit) pero que se encuentra agotado”.
“Mi intención sería conseguir el apoyo para reeditar el libro junto con el video y hacer que llegara a las comunidades, que sirviera para fomentar la investigación y el trabajo sobre estos dos grupos para que dejaran de ser los grupos olvidados de Nayarit y sean apoyados como los otros (cora u nayéri y huichol o wixarika” finalizó.
[caption id="attachment_14501" align="aligncenter" width="700"] LA URNA DE FLORES. San Andrés Milpillas. Marzo 2005. (Foto: Eugeni Porras)[/caption]]]>
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