Discriminación, racismo, hipocresía, manipulación... ¿qué pasa con nuestros indígenas?

- Ago 8, 2014

En este texto presento algunas consideraciones en torno a la situación en que se encuentran los pueblos indígenas de Nayarit, con ocasión del llamado por la UNESCO “día internacional de las poblaciones indígenas” y con el fin de contribuir a construir acciones que propicien el desarrollo de su cultura, el de su organización autonómica y el de las relaciones con otras organizaciones de la sociedad civil independiente.

Las condiciones actuales de existencia y la experiencia de varios años de acompañamiento, son las bases para sustentar mi exposición que inicia con una contextualización de la problemática general de los pueblos nativos en al ámbito mundial y nacional, continúa con una visión de lo que sucede en el estado en términos de sus relaciones institucionales y al interior de los propios pueblos indígenas, para finalizar con algunas mínimas sugerencias.

El formato de presentación es puntual, es decir, en forma de apartados sintéticos y el espíritu desde el que se formulan estos pensamientos en voz alta es desde el escepticismo y el desengaño, actitudes que me parecen tan válidas como los optimismos desbordados o los triunfalismos frecuentes en los discursos públicos, que creo permiten enfrentar el trabajo por hacer de una manera más realista, comprometida, noble y sincera.

Contexto mundial

1.- En términos generales, definido el presente como modernidad, postmodernidad, hipermodernidad o modernidad desbordada, según el autor que se estudie, el contexto mundial se caracteriza como una fase del capitalismo globalizador en el que predomina la economía en su forma de capital financiero sobre los demás aspectos de la vida sociales y en donde absolutamente todo es visto como hiperconsumo, como mercancía, siendo la principal búsqueda la máxima ganancia en cualquier transacción.

2.- En consonancia, hay una clara tendencia a la homogeneización cultural en la que las diferencias son integradas en ámbitos reduccionistas mayores.

3.- Existe un marcado descrédito de las organizaciones mundiales, empezando por las Naciones Unidas, dirigida por una pandilla de mafiosos que tienen el poder de veto sobre decisiones importantes, y otras como OMS, UNICEF, etcétera, que no son más que instrumentos al servicio de los intereses de las empresas y organismos económicos transnacionales.

4.- En ese ámbito, los pueblos originarios no forman parte de la agenda mundial, preocupada más por las cuestiones tales como sacar partido de la crisis, de la energía y de conflictos militares, y por reprimir y controlar cualquier alternativa que cuestione la legitimidad de ese orden y el poder omnipotente y soberano del Estado.

Contexto nacional

1.- En sintonía con el orden mundial, el Estado Mexicano es utilizado para el servicio de intereses privados en su gestión energética y control de medios de comunicación, sobre todo.

2.- Se da una cada vez más explotación indiscriminada de los recursos, sin importar los impactos a medio plazo, sólo tomando en cuenta la ganancia inmediata como en los casos de las minerías y de las presas.

3.- Violencia y represiones extremas por parte del Estado a cualquier voz disidente, utilizando excusas como las circunstancias del narco para liquidar toda protesta o cuestionamiento.

4.- En el caso de los pueblos originarios, se sigue aplicando una política indigenista basada en presupuestos ya viejos como la integración, asimilación, paternalismo… que considera la existencia y formas de ser de los indígenas como obstáculos al desarrollo y modernización del país (no en balde el INI pasa a CDI, en donde la idea de desarrollo es central).

Pueblos originarios en Nayarit

Relación con el Estado.

1.- La situación de Huicholes, Coras, Mexicaneros y Tepehuanes no es distinta de la que guardan las demás etnias a nivel nacional reproduciendo el gobierno estatal las políticas nacionales centradas en el asistencialismo, con una actitud patriarcal y el uso de prebendas para acallar protestas y reclamos

2.- La indígena no es una parte de la población considerada importante más que en ciertos discursos ocasionales y momentos muy concretos en donde no dejan de ser, a lo más, una cosa rara, curiosa, exótica y desfasada, cuando no se definen como atrasados, vagos, maleantes y supersticiosos en sus concepciones, sobre todo si aparece algún problema que los visibiliza (caso del reciente desalojo del grupo que estaba en las márgenes del Mololoa, o sobre los que viven ocupando la plaza del mismo nombre) sacando a relucir lo racista y estigmatizante de la sociedad nayarita.

3.- Las instituciones que deberían de estar a su servicio están no solamente politizadas sino partidizadas (como el caso de la CDI) y la gestión se pliega a las aspiraciones personales o a intereses de la dinámica política-económica del gobierno en turno defendiendo los intereses de las empresas y el capital financiero y no los del grupo étnico, sus ecosistemas y sus formas de vida (caso presa Las Cruces).

4.- Las que deberían de investigar con ellos se reducen a la publicación de algún texto académico, en el marco de la competencia intelectual, o contribuyen a integrarlos en el mundo globalizado y capitalizado.

Relaciones con la sociedad.

1.- En general, las relaciones con la sociedad circundante son esquizofrénicas e hipócritas: a la par que la mayoría siente orgullo (no sé si del que nos une o desune) por la existencia de las etnias nayaritas y se llena la boca de “nuestros hermanos indígenas”, hay un amplio racismo y estigmatización cuando se hacen presentes en los medios o solicitan algo.

2.- Se da un profundo desconocimiento y falta de interés por su cultura, convertida en una caricatura de lugares comunes y en donde los grandes avances parecen ser el llamarlos wirraritari en vez de huicholes y náyeri en vez de coras, o el usar un morral (como, por ejemplo, hace el gobernador o funcionarios en sus giras proselitistas por la sierra) como si con eso ya se hubiera ganado algo.

3.- Los indígenas de Nayarit sólo sirven como estampa o decorado por sus artesanías (cada vez más orientadas al consumo y menos a reflejar aspectos de su cultura) sus trajes y su lengua, es decir, como mercancía exótica y objeto presumible en ferias, eventos, exposiciones, sin interesarse realmente en ir al fondo de sus vidas y situaciones.

4.- Para la prensa están al mismo nivel que los sucesos extraños, la violencia, la nota roja y el narco: como el tema de la pobreza, el del indio es bueno para vender noticias.

Relaciones entre pueblos originarios.

1.- Entre los distintos grupos étnicos del estado hay muy poca relación. Solamente en algunos casos concretos de peticiones o solicitudes, o en eventos convocados por las autoridades aparecen juntos planteando los mismos reclamos y quejas.

2.- Se constata una gran falta de unidad entre ellos (al menos en el caso de los huicholes) con la existencia de varios grupos usados por los poderes fácticos, divisiones al interior de las comunidades, falta de consensos y de organización, lo que posibilita su manipulación y su utilización por partidos, gobiernos e instituciones para aprobar sus maquiavélicos “planes de desarrollo”.

3.- A menudo se manifiesta cierto servilismo hacia las autoridades, aun en el caso de estudiantes indígenas, siempre agradeciendo a las autoridades cualquier cosa aunque sea la función que a tales servidores públicos (un terrible eufemismo) corresponde o lo logrado sea fruto del empeño y la lucha de otros (como en el caso del “agradecimiento” al gobernador por la “entrega” de la ridícula porción como lugar sagrado de Haramara, fruto de una lucha y reclamo en el que ese señor nada contribuyó).

4.- En las propias comunidades, el papel de los indígenas que ocupan algún cargo oficial o profesional, como el caso notorio de los maestros, reproduce las prácticas y representaciones prepotentes de la sociedad global, y son los principales agentes contra su propia cultura.

5.- Es importante el rechazo de muchos de los propios indígenas a querer seguir siendo indígenas por los adjetivos estigmatizantes que se asocian a ese término conceptual y vivencialmente.

¿Soluciones y propuestas?

1.- Todo lo expuesto muestra una visión pesimista sobre el futuro de los pueblos originarios de Nayarit y los contextos en los que se desarrolla su existencia.

2.- Es necesario, antes que nada, antes de cualquier acción o programa, realizar un ejercicio profundo de análisis y reflexión sobre lo que significa en estos tiempos ser una minoría étnica, retomando muchos de los análisis de décadas pasadas así como las aportaciones de movimientos como el zapatista y otros ejemplos ejemplos de lucha (Cherán) nacionales y continentales.

3.- Se debe de efectuar una evaluación crítica de ciertos conceptos muy usados por el Estado como son “multiculturalidad”, “interculturalidad”, “empoderamiento”, y otros afines, que no son más que estrategias del Estado para quitarle protagonismo y fuerza a los pueblos originarios.

4.- Sólo con un replanteamiento del estado y su organización, con una nueva concepción de la diversidad, del territorio, del pacto social y de la autonomía podrían tener cabida los reclamos indígenas y la garantía de una vida mejor para sus pueblos evitando el peligro de etnocidio que se cierne sobre ellos, ya que muy pronto, de seguir esa situación, sólo permanecerá el cascarón pero sin nada adentro.

5.- Lo único (y suficiente) que pueden aportar los pueblos originarios de Nayarit es ETNICIDAD, es decir, un conjunto de valores, creencias, representaciones y prácticas, diferentes a las que ofrece la sociedad global y que pueden permitir enriquecer la convivencia y la constitución de un estado realmente pluricultural, multilingüe y culturalmente diverso.

6.- El respeto a sus territorios, a sus recursos, a sus prácticas ceremoniales y cosmovisiones, base esencial para valorar lo anterior, no debe de ser sólo un escrito y un discurso sino una realidad. Todo lo demás, gracias a tanto intermediario, no serán más que partes del proceso de integración y de pérdida de identidad étnica que hace tiempo se viene dando al entender ese concepto de respeto como meramente enunciativo y no compartitivo (“yo te respeto pero no te me acerques”; “yo te respeto pero, guácala que sucio estás”; “yo te respeto pero sigo pensando que el peyote es una droga”; “te respeto pero sigo pensando que tus costumbres son depravadas”…).

7.- Despolitizar las instituciones y ejercer un control y vigilancia sobre ellas, puede ser una medida transitoria y obligada, así como generar un movimiento de reivindicación y construcción de mayor autonomía étnica que permita el libre desarrollo de las culturas originarias. Pero quien le pone el cascabel al gato???. Quién emprenderá ese trabajo???. Solamente una alianza de los pueblos originarios con las organizaciones de la sociedad civil podría emprender el reto para comenzar…

 

Ponencia presentada en Todas las voces.
Primer Foro Estatal de las Organizaciones de la Sociedad Civil Independiente de Nayarit
,
realizado en Tepic el 24 y 25 de mayo del 2014.
El autor de este artículo, maestro Eugeni Porras, es etnólogo. Investigador titular en el
Instituto Nacional de Antropología e Historia, delegación Nayarit.
eugenipoca@hotmail.com

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