La UAN, entre errores de dedo y errores de credo

- Nov 17, 2016
  • Ojalá que este escándalo sirva para que la sociedad nayarita en su conjunto encuentre la forma de convencer a quienes controlan la UAN de que esa institución es un bien público de todos los nayaritas, no botín político de unos cuantos, y por lo mismo debe estar bajo un permanente escrutinio público para evitar desvíos millonarios como los que hoy se denuncian

El 29 de enero de este año la Universidad Autónoma de Nayarit emitió un comunicado dando a conocer que debido a un error se había realizado un doble pago de la quincena de todos los trabajadores de esa institución.

Un simple error de dedo provocó que todos los empleados de la UAN recibieran doble pago, lo cual en primera instancia fue una clara evidencia de lo robusto que estaban entonces las finanzas de la Universidad, porque su nómina no debe ser de 15 pesos.

En una segunda instancia el hecho fue un claro indicio de la incapacidad de quienes manejan las finanzas de la UAN, porque hasta donde se sabe este tipo de errores no son frecuentes en ninguna otra parte del país.

Ese incidente de enero no pasó de ser un asunto chusco, sin embargo vale la pena recordarlo en estos días en que la UAN está en el centro de un escándalo debido a la detección de depósitos millonarios a empleados de esa institución realizados durante la gestión del rector anterior.

De acuerdo con el Órgano de Fiscalización Superior un empleado del área de vigilancia de la Universidad Autónoma de Nayarit de nombre José Jorge Robles Delgado recibió transferencias en su cuenta por más de 323 millones de pesos.

Otro empleado de la UAN, Miguel Ángel Perales Covarrubias, recibió transferencias electrónicas por 10 millones de pesos, lo cual ha generado un terrible escándalo en Nayarit y a puesto al ex rector Juan López Salazar en el banquillo de los acusados casi al nivel del gobernador de Veracruz Javier Duarte.

A la luz de la crisis financiera de la Universidad es lógico que este asunto genere una gran ola de indignación en todo el estado, sin embargo hay que recordar que las acusaciones provienen del Órgano de Fiscalización Superior que a lo largo de su corta historia se ha dedicado a denunciar millonarios desvíos de dinero sin que al final se recupere un centavo.

¿Dónde están los 20 millones de pesos que supuestamente desvió Layín durante su primera gestión como alcalde de San Blas? ¿O qué pasó con los millonarios desfalcos detectados en el Sector Salud durante la pasada administración? Después de la bomba mediática nada se vuelve a saber de los millones perdidos, de ahí la necesidad de atender el asunto de la UAN con mucho detalle.

No es ningún secreto que bajo el argumento de la Autonomía la totalidad de las casas universitarias de nuestro país son auténticos botines de determinados grupos políticos que ejercen a placer el presupuesto universitario para los fines que consideran legítimos.

Sin el menor rubor universidades como la de Guadalajara llevan décadas en manos de un solo hombre que controla como auténtico dictador cada movimiento que ocurre al interior de la casa universitaria, sin que haya forma de que el gobierno o la sociedad civil lo obliguen a transparentar el uso de los recursos.

En el caso concreto de la UAN estamos apenas ante el último de sus grandes errores, mismos que han sido sistemáticos a lo largo de los años, como lo prueba el hecho de que ni siquiera el impuesto de la UAN que se le cobra a los causantes es enterado en tiempo y forma a las arcas universitarias, permitiendo que algunos ayuntamientos dispongan a su antojo de ese impuesto sin que paguen las consecuencias.

Las millonarias transferencias a estos modestos trabajadores de la UAN pueden ser simples errores de dedo, que ya vimos que sí ocurren, o escandalosos fraudes que deberán ser castigados con todo el rigor de la ley. Ojalá que muy pronto tengamos mayores noticias sobre el tema, no simples denuncias espectaculares sino pruebas contundentes del desvío de recursos.

Por supuesto que la clave está en la localización de los dos trabajadores beneficiados, quienes con un par de cachetadas que les dé el señor Fiscal seguramente colaborarán de buena gana para soltar toda la sopa.

En lugar de andar soltando bombas mediáticas el OFS debió entregar sus denuncias penales correspondientes para que la Fiscalía haga su trabajo y entregue frutos de inmediato, antes de que los presuntos culpables desaparezcan en el Triángulo de las Bermudas.

Ojalá que este escándalo sirva para que la sociedad nayarita en su conjunto encuentre la forma de convencer a quienes controlan la UAN de que esa institución es un bien público de todos los nayaritas, no botín político de unos cuantos, y por lo mismo debe estar bajo un permanente escrutinio público para evitar desvíos millonarios como los que hoy se denuncian.

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