* En lo que va de este sexenio, el SNTE ha sido fiel aliado de Peña Nieto y de Aurelio Nuño. El sindicato magisterial fue doblegado, fue vencido, fue vapuleado...
Tengo claro que la educación, y todo lo concerniente a ella debe evolucionar, dados los cambios y/o transformaciones que vive a diario el mundo entero pero, ¿no podría fijarse un plan educativo que vaya más allá de esas modas sexenales y de las ocurrencias de cuanto político por mera coincidencia se sienta en un puesto administrativo?
Ciertamente el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, habrá de acompañarse de aquellos que fueron parte de la construcción de dichos planes; algunos de ellos, he tenido la fortuna de conocerlos, con otros, no he coincidido, pero sé que conocen el medio. Su capacidad no está en duda, que no se piense lo contrario. Sin embargo, los planteamientos que habremos de revisar en los próximos días, distarán de lo que en las escuelas de la sierra negra de Puebla se vive cotidianamente, o bien, de lo que en el bello estado de Chiapas se observa comúnmente. Esa, es una realidad que duele, que lastima, que indigna; porque la pobreza, la miseria, la paupérrimas condiciones de vida de sus habitantes, son las que estrujan el corazón y propician que pensemos y repensemos lo que un “supuesto” nuevo modelo educativo trae consigo.
Y es ahí, en esos lugares, como en otros tantos de mi querida y amada República Mexicana, que está un maestro. Un maestro que vive las realidades que sus alumnos y padres de familia enfrentan. Un maestro, que con poco hace mucho para que sus estudiantes aprendan. Un maestro, que da más de lo que la Secretaría de Educación y sus autoridades educativas le ofrece. Un maestro, que ha sido golpeado brutalmente por funcionarios públicos que, en pos de una supuesta “mejora educativa”, se esconden tras de un escritorio y diseñan políticas que atentan y han atentado en contra del servicio público que ofrece y ha ofrecido el docente.
Del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) qué puede decirse. En lo que va de este sexenio, ha sido fiel aliado del presidente en turno y de Aurelio Nuño. Fue doblegado, fue vencido, fue vapuleado; cual “charro” de esos que la historia del sindicalismo mexicano refiere en años pasados.
Sí, la reforma educativa va en picada. Sí, las elecciones que están en la puerta de la esquina habrán de marcar su caída. Sí, la reforma educativa no ha sido, más que el sueño guajiro de quien despecha en la SEP por el momento. Sí, existe un país llamado Nuñolandia, pero a éste… afortunadamente le quedan pocos meses.
El autor Abelardo Carro Nava,
es maestro y experto analista en política educativa.
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